De carácter
voluble y mejilla encendida
de piel
oscura como el mejor café
es mi linda
y añorada querida
mejor que
ninguna mujer que amé.
Busqué en
la red, en el bar, en la avenida
busqué
rabiosamente hasta perder la fe
ella me
dijo un día: tú buscabas, pero yo te cacé
trazaste tu
destino cuando me creíste desprevenida.
No pude
menos que admitir tu destreza
de felina
astucia y feroz cazadora
que se hizo
la víctima esperando su presa.
Y nada más
puedo hacer ahora
que esperar
con entereza
llegar a ti
sin demora
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